EL MUSEO DEL CRIMEN DE VIENA

«EL MUSEO DEL CRIMEN DE VIENA»

Alfonso T. Vega

Publicado en QdC nº 16.

Situado en la calle Große Sperlgasse, 24, de la capital austriaca, el Museo del Crimen de Viena está ubicado en una antigua casa de dos pisos; tres plantas, contando con el subsuelo, donde se aloja la mayor parte de las habitaciones que contienen los objetos que integran esta colección, en torno a un patio interior que, con el buen tiempo, suele utilizarse como terraza. La antigüedad de la vivienda y la escasa luz interior, hacen que el lugar parezca lúgubre e incluso tenebroso, lo que quizá haga más atractiva la visita.

  En la primera planta, tras pasar por la recepción –donde se pueden encontrar folletos explicativos en diversos idiomas (excepto en español)– nos encontramos con la primera de las 19 salas que componen el museo. La Sala A nos muestra los datos de los sistemas de seguridad y justicia de la antigua Viena: las armas que portaban aquellos cuerpos policiales y sus primeros casos de violencia; a continuación, la Sala B reúne objetos y casos concretos de crímenes del siglo XVIII, como el famoso caso de Franz von Zahlheim.

  Desde allí, en la Sala C, nos encontramos con el período que transcurrió entre Napoleón y la revolución de 1848, con casos tan interesantes como el de Johann Georg Grasl o el de Severin von Jaroschinsky (1827) junto a pruebas de la formación de la primera policía militar. El periodo posterior a la revolución se encuentra en la Sala D, donde destaca la ejecución pública del Ministro de la Guerra, el conde Latour, representada en una pintura que recrea la escena. Al llegar a la Sala E, podemos observar dibujos que recrean el intento de asesinato con un cuchillo del Emperador Francisco José en 1853 junto al arma blanca que se utilizó en el fallido magnicidio.

  Continuando el recorrido cronológico, la Sala F (periodo 1860-1869) se dedica a la fundación de la Guardia de Seguridad Vienesa (Wiener Sicherheitswache), la disolución de la Militarpolizeiwache y el caso de Julie von Ebergenyi; la G (1870-1879), con la ejecución de Francesconi; y la H (1880-1889), considerada una década pródiga en eventos criminales (casos de Hugo Schenk, Gerhard Kreitter o Matthias Bednarik) y por el incendio provocado del Teatro Ring con más de 400 víctimas. En este período se crea la famosa Escuela de Viena para el Estudio del Crimen. El siglo XIX finaliza en la Sala I (1890-1899) con los asesinatos del matrimonio de Franz y Rosalia Schneider, en 1891; y el cráneo de Juliane Hummel, ejecutada en 1900 por infanticida.

  El siglo XX comienza en la sala J (que conserva una réplica en escayola de la cara de Stephan Wanjek), la K (con las fotografías de los crímenes de Josef Voboryl) y la L (que reúne objetos, armas y documentos que muestran la temprana colaboración de la policía vienesa con la de París, que fueron los cimientos para la creación en la capital austriaca de INTERPOL, en 1923). Entre las salas M y S, el Museo de Viena recorre algunos de los episodios más destacados de la historia criminal más reciente de Austria: los casos del envenenamiento del Teniente Adolf Hofrichter (de 1909) y de María Bartunek (1910); la creación de la guardia Berittene Sicherheitswache; el asalto al Ministerio de Justicia (1911); los crímenes cometidos por Josef Holler (1934); la guillotina utilizada para ajusticiar a los delincuentes en el periodo de entre guerras y una abundante documentación sobre la pena capital en este país.

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