LA MANSIÓN DE ROAD HILL HOUSE, WILTSHIRE (INGLATERRA)

«LA MANSIÓN DE ROAD HILL HOUSE, WILTSHIRE (INGLATERRA)»

Agustín Salgado

Publicado en QdC nº 7.

Jonathan Whicher

El 30 de junio de 1860 apareció en esta casa el cadáver del pequeño Francis Savile Kent, de tan sólo cuatro años; degollado y apuñalado en el suelo de la letrina que utilizaba la servidumbre que atendía a la odiada familia Kent.

   Su muerte marcó un punto de inflexión en la historia del crimen por dos motivos:

  • Por primera vez, los medios de comunicación no escatimaron esfuerzos a la hora de divulgar los errores de investigación en los que iba incurriendo la policía local, llegando a colarse dentro de Road Hill House y actuando como verdaderos precursores de los actuales paparazzi;
  • Y, también por primera vez, Scotland Yard envió a Jonathan Jack Whicher –uno de sus primeros detectives, desde que se creó esta división en 1842– para hacerse cargo del caso, convirtiéndose en el precursor de una forma de ser que marcaría para siempre a la profesión de detective.

Constance Kent

   A pesar de sus sospechas, el inspector no pudo demostrar que Constance, de 16 años, y hermanastra del niño, era su asesina. Desacreditado por la prensa, Whicher tuvo que esperar cinco años hasta que la joven confesó el crimen a la madre superiora de un convento de Brighton y, aunque fue juzgada y condenada a muerte, la reina Victoria intervino y conmutó la pena capital por su ingreso en prisión.

    La trascendencia mediática de este crimen influyó notoriamente en la literatura de su época: sir Arthur Conan Doyle se inspiró en el inspector Whicher para crear al detective más famoso de todos los tiempos: Sherlock Holmes; y, posteriormente, también sirvió de modelo a otros autores como Charles Dickens, Wilkie Collins, Charlotte Brönte o Henry James.

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